La asesina a sueldo, Ava, interpretada por Jessica Chastain en la película de Tate Taylor (2020) va ejecutando a sus víctimas con el consuelo de que «algo habrán hecho». Los tipos que elimina suelen ser hombres y a todos el rostro les rezuma felicidad, pues han triunfado en la vida. Matizo: han triunfado en lo económico. Ava sabe que tanta felicidad es frágil, efímera. Ahí está ella para acercarse, bellísima, irresistible, y mirar en sus ojos cómo toda su seguridad y satisfacción se truecan en miedo ante su inesperado final.

En dos momentos de la película Ava dice, más o menos: «Creso dijo que nadie debe ser considerado feliz hasta que haya muerto». Una cita muy oportuna en el contexto de unas vidas aparentemente felices e inesperadamente truncadas. La cita de Ava avisa de que no puedes creerte feliz hasta que has culminado tu vida y te has muerto feliz. Creerte feliz a los cuarenta o los cincuenta, cuando vas a morir a manos de una asesina, es de una ingenuidad antigua. Una cita muy oportuna pero mal hecha, porque Creso no dijo eso.
Lo dijo Solón. El sabio era Solón. Creso, rey de Lidia, era el triunfador, el poderoso, el rico. Recibió a Solón en su palacio, le enseñó sus tesoros y le preguntó quién era el hombre más feliz que había visto en su vida, seguro de que le diría: tú, Creso, tú. No hubo manera. Se lo preguntó una y otra vez: ¿y el segundo más feliz? ¿Y el tercero?
El guionista de Ava, Mathew Newton, se fio de su mala memoria o fue a beber en fuentes corrompidas. En su primer libro de Historia Heródoto nos cuenta esa anécdota. Por otra parte, la máxima que une felicidad y muerte se convierte en un tópico que también aprovecha Sófocles en Edipo rey.

En otra película, Shutter Island (2010), un médico alemán (Max Von Sydow) le explica al policía interpretado por Di Caprio que en griego «trauma» (τραὐμα) significa herida, pero en alemán «trauma» significa «sueño». Con esta asociación parece querer bendecir freudianamente, la huella de las heridas en los sueños, el valor del sueño como escondite de la herida. Sin embargo, ¿el «traum» alemán viene del griego? No. Viene del alemán antiguo «troum». El «Traum» alemán no está asociado en esta lengua ni en sus raíces con ninguna idea de «herida», lo mismo que su pariente inglesa «dream». Me lo confirma Ramón Aguiló Obrador, alemán de adopción.
En alemán coexisten «Traum», sueño, y «Trauma», trauma, la palabra griega.

En 1987 Luis Mateo Díez publicó un relato titulado El sueño y la herida en la colección Textos tímidos de Almarabu. Es la historia de un librero de hace siglos a cuyas manos llega un libro que encierra secretos de alquimia. Aquel raro ejemplar le era conocido, había soñado con él años atrás, de joven; un ángel le profetizaba el día en que vería en el libro soñado «lo que nadie puede ver». El relato concluye con el joven herido de muerte, por ir en pos del milagro que escondía el libro. No tengo claro que Nicolás, el librero, se considere feliz en su último aliento.
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¿Te suscribes? No te daré mucho la brasa.
TRAUMA
Y
LA INTERPRETACIÓN
DE LOS SUEÑOS
(FREUD)
Uy, Román,
muchas gracias por tu espera,
aunque quizá no lo esperabas:
pues mejor.
Agradezco tu texto
del 26 de febrero de 2021
con este texto
del 25 de febrero de 2023.
Un toma y daca.
A tus alumnos dirías:
un ‘quid pro quo’,
y explicarías las ambivalencias
de la expresión latina.
Recordemos un libro grueso y capital en los principios del psicoanálisis: Freud, LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS (Título original en alemán: DIE TRAUMDEUTUNG), publicado en noviembre de 1899.
Una traducción errónea sería LA INTERPRETACIÓN DE LOS TRAUMAS. Traducir ‘TRAUM’ por TRAUMA es un caso de ‘falsos amigos’, como dejas claro, Román, pues el alemán ‘TRAUMA’ es en español TRAUMA, y ‘TRAUM’ es SUEÑO.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS fue un fracaso estrepitoso de ventas y recibió críticas de apisonadora con espumarajo en las fauces. No fue entendido sino machacado como un mosquito de bostas. Freud se hundió unos meses pero resurgió para no claudicar en su deseo por el psicoanálisis
Los primeros seis años se vendieron 351 ejemplares de La interpretación de los sueños. La segunda edición tardó nueve años: se publicó en 1908. Después obtiene mayor difusión pues en 1929 aparece la octava edición en alemán y ya ha sido traducida.
En 1910, dijo que la consideraba su obra más importante.
En 1931, en el prefacio a la tercera edición inglesa, dice: Incluso para mi juicio actual, contiene el más valioso de todos los descubrimientos que he tenido la fortuna de realizar. Una comprensión [intuición] como ésta nos toca en suerte sólo una vez en la vida. E imaginó que se pusiera una placa en la entrada de su casa cuando él ya hubiera muerto, que dijera: Aquí, el 24 de julio de 1895 se le reveló al Dr. Sigmund Freud el secreto de sus sueños. (La placa se puso tras su muerte).
Es una obra en que desembocaron sus descubrimientos anteriores.
En el prefacio a la segunda edición (1908), dice que es un libro de difícil lectura. Comenta el ninguneo y las críticas (y su tesón por continuar con su método): Mis colegas de la psiquiatría no parecen haberse esforzado por superar la extrañeza inicial que despertó mi nueva concepción del sueño; los filósofos de profesión, por su parte, acostumbrados a dar cuenta de la vida onírica cual si fuera un apéndice de los estados conscientes, concediéndole tan sólo unas pocas palabras -casi siempre las mismas que usan los psiquiatras-, no advirtieron a todas luces, que precisamente este hilo conduce a muchas cosas que han de provocar un profundo trastrueque de nuestras doctrinas psicológicas. La actitud de la bibliocrítica científica sólo prometía para esta obra mía la condena del silencio; la primera edición de este libro tampoco habría sido agotada por el pequeño grupo de animosos prosélitos que siguen mi guía en la aplicación médica del psicoanálisis y que interpretan sueños [‘traumdeutung’] de acuerdo con mi ejemplo, para utilizar estas interpretaciones en el tratamiento de los neuróticos. En consecuencia, estoy en deuda con ese vasto círculo de personas ilustradas y ávidas de saber cuyo apoyo es para mí una invitación a emprender otra vez, al cabo de nueve años, esta tarea difícil y de tan múltiples aspectos fundamentales.
En ese mismo prefacio, reconoce la relevancia personal de esta obra: También el material de este libro -estos sueños propios, desvalorizados o superados en gran parte por sucesos ulteriores, estos sueños que me sirvieron para ilustrar las reglas de la interpretación onírica- demostró poseer, al revisarlo, una tenacidad que se oponía a toda modificación contundente. Para mí, este libro tiene, en efecto, una segunda importancia subjetiva que sólo alcancé a comprender cuando lo hube concluido, al comprobar que era una parte de mi propio análisis, que representaba mi reacción frente a la muerte de mi padre [fallecido en 1896], es decir, frente al más significativo suceso, a la más tajante pérdida en la vida de un hombre. Al reconocerlo me sentí incapaz de borrar las huellas de tal influjo. Mas para el lector será indiferente en qué material aprende a considerar y a interpretar los sueños.
Fue un libro en que empeñó un gran esfuerzo. Su escritura le provocó una gran zozobra (carta a Wilhelm Fliess, 6-IX-1899). En otra carta a Fliess (¿11?-IX-1899), en el tiempo de corrección de las galeradas, le dice: Lo que me disgusta es el estilo, totalmente incapaz de hallar expresión noble y simple, que cae en circunloquios graciosos, orientados a presentar imágenes.
Empujado por un fuerte sentido de la forma y por su apreciación de la belleza como una especie de perfección [en 1930 recibirá el Premio Goethe de Literatura], temía que las oraciones tortuosas de mi libro de los sueños, bizqueando ante las ideas e inflándose con sus palabras oblicuas, hayan ofendido seriamente un ideal interior y que indicaran un dominio inadecuado del material (carta a Fliess, 21-IX-1899)
Completar el libro, pudo suponer un duelo, una pérdida. El 4-X-1899, escribe a Fliess: Es un sentimiento penoso desprenderse de algo que ha sido en gran medida nuestra propiedad particular. (…) Lo que se separaba de mí no era una propiedad intelectual sino emocional. En ese tiempo, fue ignorado como candidato a la cátedra.
En la biografía FREUD: UNA VIDA DE NUESTRO TIEMPO (1988), dice Peter Gay: Malhumorado, desatento, irritado, reaccionó con furia contra los primeros lectores del libro de los sueños, que señalaban deslices menores en lugar de elogiar el conjunto. Si bien no se produjo el alboroto de protesta para el que se había preparado, la primera referencia al libro, que apareció pronto, en diciembre [de 1899], le disgustó. Como crítica era simplemente “insensata”, según le dijo a Fliess, e “insatisfactoria” como reseña. (…) A Freud, la actitud de los vieneses ante sus ideas le pareció “extremadamente negativa”, y trató de animarse a sí mismo con el pensamiento de que él y Fliess eran intrépidos pioneros: “Después de todo, estamos terriblemente por delante de todos”. Pero su melancolía no cedió. “Ahora no tengo fuerzas para el trabajo teórico. Así que, por la noche, me siento terriblemente aburrido”. (Carta a Fliess, 21-XII-1899) (Paidós, p. 165)
Ya había predicho a Fliess (6-IX-1899), en el tiempo en que revisaba las galeradas, que el libro iba a producir un clamor ultrajado, una verdadera tempestad de truenos. (…) ¡Entonces voy a tener realmente noticias de ellos!
La negativa recepción de su libro lo mantiene depresivo: Prácticamente me he apartado del mundo exterior. No se ha movido ni una hojita para revelar que LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS haya conectado con la mente de alguien. Sólo ayer me sorprendió un artículo más bien cordial en el suplemento de un diario. (Carta a Fliess, 11-III-1900)
Me entrego a mis fantasías, juego al ajedrez, leo novelas inglesas; todo lo serio está prohibido. Hace dos meses que no escribo ni una línea de lo que estoy aprendiendo o conjeturando. En consecuencia, en cuanto dejo mis ocupaciones vivo como un filisteo sibarita. Tú sabes qué limitados son mis excesos; no puedo fumar nada bueno, el alcohol no me ayuda en absoluto, ya no voy a engendrar más hijos, he cortado mi contacto con la gente. De modo que vegeto, inofensivo, intentando apartar mi atención del tema en el que trabajo durante el día. (Carta a Fliess, 11-III-1900)
Peter Gay (p. 165): Las razones del desaliento eran en parte económicas, y la práctica de su profesión no le aportaba mucho. Apeló, para salvarse, a su autodisciplina, a su duramente adquirido equilibrio emocional, pero lo más que consiguió fue indiferencia. (…) (p.171) Siempre anheló la fama, pero la fama no comprada, el tipo de reconocimiento que es el más dulce de todos: la recompensa exclusiva del mérito. (…) Pero esa espera frustrante en las antecámaras del estatus acabó resultando exasperante para él.
Carta a Fliess (7-V-1900): Soy demasiado sensato como para quejarme, salvo en mi punto débil: el miedo a la pobreza.
Peter Gay (p.166): En aquel marzo de 1900, a veces, su incapacidad para comprender y ayudar a algunos de sus analizandos más difíciles, lo hundía en la desesperación, y cuando se atascaba en ese estado de ánimo, esos pacientes le resultaban un verdadero tormento. A fines del invierno de 1900, anhelando la primavera y el sol, habló sombríamente de “catástrofe” y de “colapso”; se había visto obligado a “demoler” todos sus “castillos en el aire”. Sin embargo, estaba haciendo cuanto podía para “reunir un poco de coraje y volver a construirlos”. El desdén público y la aflicción privada se reforzaban recíprocamente. (…) (p. 167) “La recepción que suscitó el libro y el silencio que se produjo desde entonces han destruido una vez más la relación embrionaria con mi medio” (carta a Fliess, 11-III-1900).
En su primer viaje a Roma, en septiembre de 1901 (casi dos años después de la publicación de LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS), selló su independencia (Peter Gay, p. 173), su recuperación, el relanzamiento de su deseo.
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TRAUMA’, como bien dices, Román, deriva del griego con el significado de ‘HERIDA’.
Nuestro sabio audaz Roque Barcia, en su magno PRIMER DICCIONARIO GENERAL ETIMOLÓGICO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, tomo V, Seix Editor, 1883, coincide en el significado y añade que es una forma del griego «τραώ» (‘TRAO’): ‘ATRAVESAR’.
Supongo que se refiere a que algo ha atravesado la piel produciendo una herida. Aplicado a los SUEÑOS: un deseo inconsciente ha ATRAVESADO la censura y se manifiesta en un relato de sueño (de palabras y argumentos) que cubre un texto (un tejido) inconsciente.
Después, sobre todo debido a Freud, ‘TRAUMA’ ha extendido su significado a una gran HERIDA PSÍQUICA que puede angustiar: algo ha atravesado al sujeto hasta sobrepasar o exceder su capacidad inmediata para asimilarlo, significarlo, aceptarlo, darle un sentido… Un episodio de guerra, un accidente, una pérdida, un abuso sexual, una violación, una amenzaza de muerte, un terremoto, unas palabras, una ausencia de palabras, una culpa inconmensurable… Trauma que en ocasiones se reprime en el inconsciente.
Freud sostuvo que un acontecimiento (incluidas las palabras) puede hacer un trauma en un sujeto y en otro, no. La subjetividad es determinante. Y que un trauma puede derivar o no en síntomas psíquicos y/o físicos según el sujeto. Y los síntomas específicos dependen de cada sujeto. ¿Una clave es qué hace que un acontecimiento tenga valor de trauma para un sujeto determinado?
Otra clave del sujeto ante el hecho traumático: ¿Cuál fue su reacción (afectiva, de palabras, de actos, de negación) y cuáles las posteriores? A veces, un hecho o unas palabras adquieren valor de trauma cuando el sujeto reacciona como si nada o como si apenas nada hubiera pasado.
Se trata de investigar en un tratamiento en qué serie se ubica el trauma. En un acontecimiento traumático posterior llueve sobre mojado: puede hacer síntomas que antes no se manifestaron; puede levantar abruptamente la represión al inconsciente del trauma anterior o producir una ruptura en el curso de la vida. ¿Cuál es la repetición inconsciente?
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¿Qué es un TRAUMA? En una palabra: un TURBIÓN.
En mi consulta de psicólogo clínico y psicoanalista, trabajo (entre otros sufrimientos, conflictos, síntomas y fenómenos) en el proceso de cura de los TRAUMAS: los TURBIONES de los pacientes.
Como psicoanalista, me resguardo para que no me arrastre ni me moje ni me tambalee el paciente con su TRAUMA-TURBIÓN: su aguacero con viento fuerte y repentino, su turba o multitud de cosas que le cayeron de golpe y lo arrastraron como un ‘TSUNAMI’ (OLA GIGANTESCA originada en las profundidades del fondo del mar o en las alturas de una erupción volcánica), una experiencia que lo aplastó… que todo eso significa TURBIÓN.
No tengo clara la etimología de ‘TURBIÓN’. Probablemente, venga de ‘TURBA’. Del latín, ‘turbo, turbinis’: ‘TORBELLINO O RÁPIDO MOVIMIENTO CIRCULAR’. Cuadra con el TRAUMA: una experiencia que sobrepasa al sujeto y lo succiona por el agujero de un torbellino que podría ahogarlo, angustiarlo. El ANGOSTO (estrecho, de ahí procede el término ANGUSTIA) agujero o pasadizo del TRAUMA.
De AGUJERO EN» LO REAL» en el TRAUMA, habla el psicoanalista JACQUES LACAN.
En Lacan, uno de los significados de «LO REAL» es: LO INDECIBLE, LO INEFABLE, LO INNOMBRABLE, LO IMPOSIBLE DE SIMBOLIZAR. He ahí el meollo, el agujero de lo traumático: LO IMAPALABRABLE.
Lacan, juguetón con las palabras, creó este neologismo (que es un acrónimo) en francés, ‘TROUMATISME’. ‘Trou’ es ‘AGUJERO’.
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Edward A. Roberts y Bárbara Pastor, en su DICCIONARIO ETIMOLÓGICO INDOEUROPEO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (Alianza Editorial, 1996), dicen que el término griego, ‘TRAUMA’ procede del indoeuropeo ‘terə-‘: PERFORAR, TALADRAR, MOLER, FROTAR, DESGASTAR.
Se refería a lo físico: moler el grano para quitar la cáscara; girar una punta para perforar.
En su ampliación psicológica: algo excesivo ha molido, perforado, desgastado las defensas del sujeto.
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La palabra ‘TRAUMA’ se parece mucho a ‘TRAMA’.
La trama es el enredo de una historia: una novela,una obra dramática, una película, una serie, unos hechos de la vida.
La trama es el orden de hechos de una historia, incluyendo sus conexiones.
La trama es la urdimbre, el tejido de una historia. (‘Texto’, etimológicamente, ‘tejido’).
Viene del latín, ‘trama’: hilo que va cruzándose en un telar entre los hijos verticales de la urdimbre; el conjunto de todos estos hilos cruzados en la tela.
Para poder hacer con el TRAUMA hace falta construir con palabras LA TRAMA DEL TRAUMA: En la vida. En un psicoanálisis. En la escritura. En el arte. En palabras con uno mismo y con los otros. En el amor. En el deseo.
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Oh, mi Romantxu:
Son las diez menos cinco de la noche de este frío y ventoso sábado pamplonica.
Me está entrando sueño.
Me están entrando sueños.
Tengo que espabilarme para revisar la conferencia que doy dentro de tres días, este martes 28 de febrero: LAS CAUSAS DE LOS ESCRITORES: POR QUÉ Y PARA QUÉ ESCRIBEN.
Me ha serenado terminar de escribirte hoy (lo escribí el año pasado y lo dejé inconcluso). ME HA SATISFECHO CONCLUIR MI TEXTO Y DÁRTELO (tuyo es, mío también).
Mencionaré en la conferencia la escritura como modo de bordear el agujero del horror del trauma. Para no ser engullidos por el negro, fangoso, infinito y monstruoso fondo del estrecho pozo.
Y mencionaré la escritura como forma de desgranar la trama del trauma.
Freud decía que soñamos para seguir durmiendo.
Lacan decía que nos despertamos para seguir soñando.
Escribo para soñar.
Sueño para escribir.
Un abrazo de
tu Ernestotxu
Ernesto Maruri
Bar Trébol
Pamplona
http://www.ernestomaruri.com
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magistral, Ernesto, sin palabras quedo. Trasturbionado. Gracias por la brillante exposición.
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